Ahorro energético

El vidrio reciclado necesita menos energía para fundirse en comparación con el vidrio fabricado a partir de materias primas vírgenes como arena de sílice, caliza o carbonato de sodio. Este ahorro energético puede llegar hasta un 30 %, lo que convierte al reciclaje en una opción mucho más eficiente.

Reducción de emisiones de CO₂

La disminución del consumo energético se traduce en una reducción directa de las emisiones de CO₂. Por cada tonelada de vidrio reciclado se evita la emisión de cientos de kilos de gases contaminantes a la atmósfera, lo que contribuye de manera significativa a la lucha contra el cambio climático.

Conservación de recursos naturales

Reciclar vidrio significa también evitar la extracción de grandes cantidades de materias primas. Cada envase reciclado reduce la necesidad de explotar canteras y de consumir recursos naturales limitados, ayudando a preservar ecosistemas y paisajes.

Economía circular

El vidrio es un material que puede reciclarse infinitas veces sin perder calidad. Cada vez que se reutiliza en forma de calcín vuelve a integrarse en el ciclo productivo, reduciendo residuos y dando ejemplo de economía circular aplicada de forma real y efectiva.

Comparativa entre reciclado y producción desde cero

El vidrio nuevo fabricado desde cero requiere altos consumos de energía, extracción de recursos y genera mayores emisiones contaminantes. En cambio, el vidrio reciclado se funde a menor temperatura, conserva los recursos naturales y disminuye considerablemente el impacto ambiental. Esta diferencia convierte al reciclaje en la alternativa más responsable y sostenible para el futuro.