Recogida del vidrio
El reciclaje de vidrio comienza en los puntos de origen. Los envases que depositamos en el contenedor verde, así como los residuos de empresas y sectores industriales, son transportados hasta las plantas de tratamiento. Este primer paso es fundamental para iniciar el ciclo del reciclaje y dar una segunda vida a un material 100 % reutilizable.
Recepción y clasificación inicial
Cuando el vidrio llega a nuestras instalaciones se lleva a cabo una revisión para separar materiales que no son aptos, como plásticos, metales, tapones o cerámicas. Esta fase de clasificación es esencial para garantizar que el material que continúa el proceso sea lo más puro posible y cumpla con los estándares de calidad.
Triturado y limpieza
El vidrio limpio pasa por máquinas trituradoras que lo convierten en pequeños fragmentos conocidos como calcín. A continuación, el material se somete a distintos procesos de limpieza para eliminar etiquetas, plásticos y otros restos. Con tecnologías como separadores magnéticos y sopladores de aire conseguimos obtener un vidrio libre de impurezas.
Clasificación por color
El siguiente paso es la separación por colores. Gracias a sistemas ópticos avanzados, el vidrio se clasifica en verde, ámbar y transparente. Este proceso garantiza que el nuevo envase mantenga la pureza y tonalidad adecuadas para su uso posterior en la industria.
Transformación en calcín de calidad
Una vez limpio y clasificado, el vidrio se convierte en calcín de alta calidad. Este material reciclado es entregado a las fábricas de vidrio, donde se utiliza como materia prima en la fabricación de nuevos envases.
De vuelta al mercado
El calcín se funde en hornos a altas temperaturas y se transforma en nuevas botellas y tarros que regresan a los lineales en apenas unas semanas. De este modo, el vidrio que reciclamos hoy puede estar de nuevo en circulación en un corto periodo de tiempo, cerrando así un ciclo de economía circular.